Me levanto. Uy que bien, que estoy sola en casa. Qué paz, qué tranquilidad (supongo que por eso he estado apagando el despertador durante una hora y pico...). Me dispongo a lavarme la cara y así poder ver algo. Abro el grifo. No hay agua. Mierda! Voy a la cocina en busca de agua embotellada. No la encuentro. Cagüen la...! Por fin encuentro una garrafa, solo una, una para preparar la comida, lavar, beber...En fin, que logro ver y al ir a la cocina para hacerme el desayuno, ¿qué me encuentro? invasión de hormigas. Otra vez. Sí, hace unos meses empezaron atacando el servicio, conseguimos reducirlas. Poco después se reagruparon y atacaron mi cuarto, y esta vez su ataque fué más fuerte utilizando hasta su ejército de aire, sí sí, hasta hormigas voladoras. Y aunque nos costó más, conseguimos acabar con ellas. Luego lo intentaron por la puerta de la calle, intentaron despistarnos llendo hacia lo evidente, entrar por la puerta. Y ahora la cocina. Y ahí estaban, como en los dibujos animados, una tras la otra cargando cosas, vamos, que las faltaba la aceituna. Es entonces cuando pienso: y si en vez del espray las echo cerveza??? Se pondrán a cantar en plan sindicalista, arriba esas hormigas obreras! quiero vivir!
Pero vamos, que fuí a lo efectivo. Busco el insecticida de esos del flish, flish (que bien me explico...) de los que pulverizan, vamos. Muevo la boquilla para que salga, aprieto, na. La madre que lo...! vuelvo a intentarlo, que el carracho se había puesto chulo. Lo agito, ya lo miro bien, y lo de siempre, ¿cuándo funciona? pues cuando no apuntas a donde debes y apuntas a tu mano. Así que ahí estaba yo, de rodillas, rodeada de hormigas-charlies, con un cacharro con funcionamiento selectivo y con la mano pringosa. Vuelvo a apuntar y bueno, alguna vez que otra salía y puse perdidas a las hormigas. Lo curioso es que se quedaban quietas. No sé si es que el cacharro este las paralizaba, las pegaba, o es que estaban jugando conmigo al pajarito inglés.
Así que después de esto, digo a ver si desayuno ya y a ver si me lavo la mano pringosa que.....ups! pero si no había agua!
Llegan mis padres y mi hermana, me ven desayunando: ¿pero todavía desayunando? ¿has visto la hora que es? les explico lo del agua y tal...¿qué agua?¿pero si todo va bien? Justo llegan y vuelve el agua....Casi que me vuelvo a la cama...