Por un momento, para y mira
Escoge un día cualquiera, un momento cualquiera en que estes solo/a por la ciudad. Para de repente y levanta la mirada del suelo y mira a tu alrededor, viendo como la gente te esquiva, con prisa, hablando por el móvil, con la mirada perdida, pensando en dónde tiene que ir, qué tiene que hacer. Para ellos no eres más que alguien que se cruza en su camino. Fíjate en ese abuelo con su cachaba que anda pegado a la pared para no estorbar con su ritmo; en esa chica que se esconde bajo su maquillaje que no puede andar con las piernas rectas por los tacones que lleva y la están matando los pies, y que piensa que todo el mundo la mira al pasar; en ese chaval que va con su mp3 a tope sumido en sus pensamientos.
Para y contempla, te sentirás a otro ritmo, como si estuvieses dentro de una película que estás viendo. Como el de American beauty grabando cómo el viento juega con una bolsa de plástico, dándola vueltas intentando que no toque el suelo.
Fíjate en esos turistas que hacen fotos admirando partes de tu ciudad por las que pasas tú diariamente y ni siquiera has parado a contemplar. Y en realidad, eres tan turista como ellos.
Disfruta, siente todo aquello que te rodea, porque puede que algún día todo cambie y te guste recordar estos días y que tanto añorarás después.
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